
En el año de 1902, un ciudadano norteamericano, oriundo de Filadelfia, William
Frederick Streich, obtuvo del gobierno de nuestro país una concesión mediante la
cual recibía en arrendamiento, durante un período de veinticinco años, la cantidad
de cinco mil hectáreas de tierras nacionales en la Costa de Omoa a ambos lados del
Río Cuyamel.
Streich, por su parte, quedaba obligado a pagar diez centavos por hectárea cultivada y veinticinco centavos por cada hectárea que no lo estuviera. Esta era su única
obligación.
El Estado de Honduras, a su vez, permitiría a Streich la libre importación de equipo, ganado, insumos y todo lo que se considerara necesario para el cultivo y beneficio de los productos agrícolas y para el establecimiento de la fuerza motriz y la
luz eléctrica.
Se autorizaba también al concesionario el establecimiento de los medios de comunicación indispensables para sus actividades, permitiéndosele además prestar este
tipo de servicios a los particulares hasta tanto no existiera una compañía de transporte entre Omoa y El Motagua.
La concesión contenía también el permiso a favor de Streich para que pudiera introducir al país los operarios que necesitara, con la condición expresa de que éstos
no fueran chinos, coolíes o negros.
Samuel Zemurray y el Enclave Bananero en Honduras
Samuel Zemurray era hijo de un labriego de Besarabia y había llegado a los Estados Unidos en el año de 1892, atraído por las nuevas posibilidades que brindaba
"América" y dispuesto a obtener fortuna a como diera lugar.
Dedicado fundamentalmente al comercio de frutos en Mobile, un día tuvo la oportunidad de comprobar en el puerto de Nueva Orleans, la forma en que la United
Fruit Co. vendía los bananos a precios inferiores al nivel normal, cuando la fruta
amenazaba con podrirse y echarse a perder.
Zemurray intuyó entonces la brillante oportunidad de obtener magníficas ganancias, comprando este tipo de fruta y luego vendiéndola en las comunidades vecinas
a precios inferiores a los del mercado tradicional.
La idea resultó ser un éxito y muy pronto Zemurray despachaba los racimos de banano por ferrocarril hasta las distintas ciudades del interior. Su negocio prosperaba
y se convertía en un fuerte competidor para los intereses de la United Fruit Co.
Muy pronto Zemurray comprendió las inmensas posibilidades que encerraba su
ventajosa posición y llegó a un acuerdo con los personeros de la poderosa United,
a fin de que la compañía bananera contribuyera a financiar la compra de los derechos de Streich aquí en nuestro país.
Así fué como se organizó la Hubbard-Zemurray Company, de la cual la United
Fruit era dueña en un sesenta por ciento del total de las acciones.
Hubbard (Ashbel) era dueño de una pequeña compañía que distribuía bananos en
Mobile y se había asociado con Zemurray para explotar el negocio bananero.
Ahora ambos constituían una nueva compañía, gracias a la financiación de la gigantesca United Fruit Company y a la astucia y espíritu empresarial del inmigrante
de Besarabia.
Si en un principio, la Hubbard-Zemurray se dedicaba esencialmente a la compra
de bananos en Honduras y a su posterior venta en los Estados Unidos a través de
las distribuidoras de la United, cuando Zemurray adquirió los derechos de Streich,
se dedicó al cultivo de la fruta en gran escala, y por sí mismo.
A la vez que adquirió los derechos de Streich, Zemurray adquirió también sus obligaciones. Una de estas era la de tener completamente cultivadas mil hectáreas para
el año 1908.
No hay comentarios:
Publicar un comentario